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La erección de este rompedor edificio, insólito por el cuándo y el dónde, fue resultado de una  coincidencia triple.

El encargo de este proyecto se adjudicó mediante un concurso de anteproyectos, método que, asombrosamente, ha gozado de una prestigiosa vitola entre los arquitectos.

Todos los edificios transmiten un mensaje, y algunos con particularidad intensidad.

En un emplazamiento discreto, que pasa desapercibido, entre la anodina trama urbana que colonizó los terrenos del arrabal agrario de San Lorenzo, se yergue la iglesia homónima, regentada por la congregación de los Carmelitas Descalzos.

Dos rasgos nítidos distinguen a esta iglesia: está inserta en una manzana de edificios residenciales e internamente es un espacio con planta de forma ovalada.

La plasmación urbanística del capitalismo, por incipiente que fuera en León, tuvo una naturaleza bifronte: planificada en el Ensanche y espontánea en los arrabales obreros periféricos, como Las Ventas de Nava, surgido al socaire de la carretera León-Collanzo, que nunca llegó a ese destino, y el ferrocarril d

Si la minería del carbón desempeñó un papel estratégico en el desarrollo del capitalismo industrial, durante la fase autárquica del franquismo -parcialmente deliberada, parcialmente voluntaria-, esa importancia se acentuó aún más, como principal fuente de suministro energético autóctono.

En un breve período de tiempo, entre 1950 y 1960, se construyeron en León tres grandes complejos dedicados, con uno u otro fin, a residencias juveniles en régimen de internado: San Cayetano, el Colegio de Huérfanos Ferroviarios y el Seminario Menor.

El barrio de la Palomera es uno de los desarrollos de la ciudad promovidos en la última década del siglo XX, una vez que los propietarios de suelo locales acabaron por asumir las obligaciones de cesión, reparcelación, etc., que imponía la legislación urbanística y a las que se resistieron durante dos décadas