Juan de Badajoz, el Mozo

Hijo de Juan de Badajoz el Viejo, aprendió a la vera paterna los oficios de cantero y maestro de obras, aunque también es probable que ampliara conocimientos con algunos de los colegas de su progenitor como Diego de Siloé o Francisco Colonia. En esta fase formativa contó además con la ayuda del enorme prestigio y el reconocimiento social que su padre había adquirido en León con la construcción de la librería de la Catedral.
En contraste con el Viejo, residió toda su vida en León, trabajando en un radio de acción corto aunque tenía un carácter abierto a las influencias de otros artífices que colaboraron con él como Juan de Juni, Juan de Angés, Juan Francés, etc.
No hay constancia fehaciente de que dispusiera de tratados de arquitectura como empezó a suceder en el siglo XVI con los que comenzaron a ser denominados arquitectos. La historiadora Dolores Campos sospecha que conocía el libro Medidas del Romano de Juan de Sagredo, por algunas detalles de su obra. Badajoz el Mozo se sitúa en una fase intermedia entre el maestro medieval y el arquitecto renacentista. Con formación inicial eminentemente práctica, debió conocer algunas fuentes impresas y grabados que manejaban artistas foráneos que trabajaron en León.
Participó activamente en la rebelión comunera (1521) por lo que fue desterrado, aunque esta sanción duró poco porque en 1523 ya está de vuelta en León como maestro cantero de la Catedral y dos años después ya ostenta el título de maestro de obras del mismo templo.
Tuvo 4 hijos aunque ninguno siguió la tradición familiar y hay testimonios de que gozó de una posición económica desahogada.
Ya fuera por méritos propios, por prestigio heredado, o por ambos factores conjuntamente, tuvo a su cargo las principales obras en los edificios más importantes de la ciudad durante el segundo cuarto del siglo XVI, período de gran prosperidad económica -aunque la historia ha demostrado ficticia- y de intensísima actividad constructora por parte de todos los estamentos poderosos. 
La historiografía del arte ha encuadrado a Badajoz el Mozo en el primer -y tardío- Renacimiento español, que se dio en llamar plateresco auque actualmente esa etiqueta está en revisión.
La mejor muestra de su obra son los claustros de la Catedral y de San Marcos.

Entre sus obras destacan:
-    Perito de la obra de la ermita de la Virgen del Camino (1515).
-    Arco entre las capillas de San Andrés y Santiago en la Catedral (1525-1533). 
-    Escalera capitular de la Catedral (1525-1526).
-    Plaza de Regla (1526-1528).
-    Trascoro de la Catedral (1529).
-    Librería de la Colegiata de la San Isidoro (1535).
-    Claustro de San Marcos (1535-1538).
-    Traza del Claustro de la Catedral y claustro de San Zoilo en Carrión (1537).
-    Puentes y calzadas de León. Restauración de los puentes de San Marcos y de Villarente (1537-1538).
-    Sacristía y oratorio de la Catedral (1544-1550).
-    Traza del conjunto y claustro de San Pedro de Eslonza (1545).