Nacido en Vigo, ciudad de la que su progenitor era arquitecto municipal, se educó en la Institución Libre de Enseñanza (ILE) donde impartía clases un tío paterno. Al acabar los estudios obtiene la beca de la Academia de España en Roma y viaja por Europa. Colaboró con el eminente arquitecto vienés Otto Wagner y con Antonio Palacios en el proyecto del Palacio de Comunicaciones en Madrid.
Gana plaza de profesor en la Escuela de Arquitectura de Madrid (1909), simultaneando la docencia con el desarrollo de proyectos, como varios pabellones de la Residencia de Estudiantes en la llamada “colina de los chopos” (1913), que albergarán a figuras señeras de la intelectualidad española del siglo XX.
A los 33 años es nombrado jefe de la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas (1920), cargo en el organigrama del Ministerio de Instrucción Pública que marcará decisivamente su periplo profesional, convertido en la máxima autoridad nacional en el diseño y construcción de centros escolares. Aplicará en este desempeño los principios pedagógicos aprendidos en la ILE, particularmente de su mentor Manuel B. Cossío, bajo un ideario higienista creyente en los efectos benéficos de los espacios luminosos y soleados.
Fue académico de Bellas Artes (1932) y responsable de la conservación de la Mezquita de Córdoba (1923), siguiendo la estela de su maestro Ricardo Velázquez Bosco. También intervino en el Teatro Real de Madrid (1926) reemplazando la cubierta por otra de hormigón armado. A su muerte le sustituyó en la Academia Manuel de Cárdenas.
Desde el punto de vista disciplinar, Flórez está a caballo entre la arquitectura historicista o castiza y el funcionalismo, del que aplica algunos conceptos aunque en sus maneras de organizar las plantas o resolver las fachadas se mantiene fiel a los principios compositivos pre-modernos. Recurre habitualmente al ladrillo visto, partiendo de una filiación neo-mudéjar, aunque aligerando considerablemente la carga decorativa inherente a ese estilo.
Su labor no estuvo exenta de polémica. El Plan de Construcciones Escolares (1933) fue severamente criticado por enseñantes, por los incipientes Colegios de Arquitectos y por el GATEPAC, organización que agrupaba a los arquitectos defensores de conceptos vanguardistas, dando lugar a una interpelación parlamentaria relativa al coste de los edificios proyectados por la Oficina Técnica e instigada por el periodista y diputado Luis Bello -acendrado adalid de la escuela pública- que defendía el aumento cuantitativo reduciendo los estándares cualitativos.
En el fragor de la guerra civil, el gobierno de la República destituyó a Flórez de todos sus cargos (1937). Murió pocos años después en el ostracismo.
ESCUELA NORMAL (Antigua)
La parcela tiene una superficie de 4.202 m2, emplazada en la bifurcación, a la salida de la ciudad -hablamos de 1928- de dos importantes vías de comunicación interurbana: la nacional 630, sentido Gijón y la frustrada carretera a Collanzo.