La biografía personal y profesional de Federico de Ugalde no puede entenderse al margen de su pertenencia a un linaje de industriales vizcaínos dedicados al sector alimentario, titulares de negocios como la empresa harinera Grandes Molinos Vascos S.A. o las Bodegas Ugalde en Haro (Rioja).
Socialmente fue un personaje notabilísimo, concejal del Ayuntamiento de Bilbao durante la Dictadura de Primo de Rivera, presidente de la Sociedad Bilbaína (1931-1932), de la Asociación de Arquitectos de Vizcaya y durante casi 30 años de la Casa de Misericordia.
En su faceta de arquitecto destacan los proyectos de la harinera Ceres (1901), el nuevo Ensanche de Bilbao (1905), el barrio Iralabarri (1905-1918) de la Compañía de Molinería y Panificación con 565 viviendas y fábrica harinera adjunta, la restauración del Teatro Arriaga (1915), la iglesia de Zorrotza; la plaza de toros de Zaragoza (1907) o la colosal factoría de Grandes Molinos Vascos (1925). Todavía en los años 50 del siglo XX estaba en activo.
Conoció desde fecha muy temprana los procedimientos del hormigón armado, aprendidos en Francia directamente de François Hennebique, uno de sus pioneros. Consta su presencia en París en 1899 con ese propósito, motivado muy probablemente por las iniciativas empresariales de su familia pues tanto los edificios harineros, incluyendo los silos, como las bodegas de Haro están construidos con esa técnica constructiva, muy poco familiar a la mayoría de los arquitectos españoles del primer cuarto del siglo XX.
En León firmó cuatro proyectos entre 1914 y 1922, promovidos por adineradas familias locales (los Roldán y los Alfageme) que seguramente compartían con Ugalde intereses económicos y vínculos personales.
CASA ROLDÁN
El solar resultó de la radical reestructuración urbana operada en esta zona de la ciudad, con el derribo de la cerca medieval y el hospital de San Antonio Abad, que fue trasladado a los altos de Nava, a fin de articular la conexión entre la ciudad antigua y el incipiente Ensanche.