EDIFICIO FIERRO

Promotor/es: 
Ildefonso González-Fierro / Diputación Provincial de León
Fecha del proyecto: 
1962
Fecha de inaguración: 
1966
Constructor: 
Constructora Internacional
Presupuesto: 
9.197.045,11 ptas
C/ Puerta de la Reina nº 1
C/ Santa Nonia
EDIFICIO FIERRO
Fachada a C/ Puerta de la Reina
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Historia

El coste de la construcción del edificio fue sufragado por Ildefonso González-Fierro (Valdelugueros, 1882 - Madrid, 1961), magnate de origen leonés que amasó una fortuna gigantesca a partir de una  pequeña empresa familiar de suministro de carbones, enriquecida gracias a  la demanda de mineral por parte de países contendientes en la 1ª Guerra Mundial. En la 2ª hizo lo propio con el wolframio. Entre tanto había conseguido el monopolio en España de la fabricación de cerillas. Tras la Guerra Civil desempeñó cargos relevantes en la banca industrial a la vez que poseía participaciones en empresas estratégicas como CAMPSA, FASA o el Banco Exterior de España.
Mantuvo siempre un vínculo sentimental con León que culminó al final de su vida en esta donación, si bien es cierto que el altruismo fue compensado con una deducción en el impuesto de transmisiones, aplicada a sus cinco herederos, que en 1965 solicitaron a la Diputación los respectivos recibos, repartidos en partes alícuotas. Cabe la sospecha de que la operación fue diseñada por el propio González-Fierro para, de manera póstuma, matar esos dos pájaros del mismo tiro.
El encargo del proyecto fue decidido personalmente por el filántropo a favor de un arquitecto joven e independiente de la institución provincial, dentro de una tónica general que podría calificarse de atípica, debido al conflictivo encaje entre el carácter privado del promotor y la naturaleza pública de la institución receptora.
El edificio se levantó sobre una parcela de 1.375,67 m2, coincidente con el emplazamiento de la desaparecida Fábrica de Hilados fundada por Fernando VI en el siglo XVIII, fruto de la demolición de un inmueble que albergaba la imprenta provincial.
Inicialmente iba a denominarse Museo Histórico y Arqueológico y de la vida leonesa. Finalmente se bautizó en 1965 como Instituto Leonés Ildefonso Fierro en consonancia con las modificaciones en el programa funcional decididas durante la obra para adaptarlo a las necesidades de la Diputación. 
 

Descripción y análisis

El edificio suma una superficie construida de 3.145,62 m2 en tres plantas -semisótano, principal y alta- con forma de C, constituida por un frente de 49 m y dos alas cortas y oblicuas. Se concibió bajo la premisa de la apertura de una calle peatonal por el lado Sur y un vestíbulo pasante en el que confluían los dos accesos principales.
Su uso era principalmente museístico con un taller de restauración y depósito en el semisótano, salas de exposición temporal y de epigrafía, imaginería, escultura y mosaico en la planta baja, más pintura, cerámica, vidrio, artesanía y ajuar leonés en la alta. Complementan ese programa una sala de conferencias y la biblioteca, con acceso independiente por la calle Santa Nonia, cuya posición se invirtió en una decisión difícil de entender por el traslado de la dependencia de concurrencia pública al piso superior.
Ofrece el edificio una imagen bifronte, con una cara introvertida y solemne hacia el exterior y otra más doméstica y amable al interior. Las fachadas a la calle lucen un estilo severo y desornamentado, con neto predominio del macizo sobre el vano, corregido parcialmente con alguna enmienda posterior, y composición generalmente simétrica. El acceso principal está enfatizado  con un atrio o pronaos esquemático en un gesto que refuerza la adscripción del edificio a un neoclasicismo contemporáneo, practicado en España durante la inmediata posguerra por algunos arquitectos afines a las experiencias italianas de época fascista, ciertamente meritorias desde el punto de vista arquitectónico.
La Memoria del proyecto enuncia estos conceptos del modo siguiente: “La composición de volúmenes y tratamiento plástico exterior responde de la manera más directa y real a la distribución y función de las plantas. Así, no se ha querido repetir huecos innecesarios para la buena iluminación de las obras de arte y se ha dejado la casi totalidad de la 2ª planta con sus cerramientos laterales ciegos. Además creemos que estos paños de muro ciegos, siempre son nobles y acusan mejor el destino de edificio. También se ha procurado obtener en el tratamiento plástico exterior, una simplicidad de línea moderna y principalmente un carácter sobrio y noble en consonancia con lo que debe ser una Institución de Cultura”.
En concordancia con estos presupuestos los materiales de las fachadas son nobles: ladrillo recocho “de calidad superior”, aplacado de caliza blanca y zócalo de granito. También se ocultan los faldones de la cubierta con el fin de mantener el protagonismo absoluto de los planos de fachada.
Por su parte, el alzado sur concentra las ventanas y se aligera con un soportal sostenido por livianos pilares metálicos, muy adecuado para esta soleada orientación.
Interiormente destaca el vestíbulo presidido por una escalera imperial -otro elemento clásico- revestida con mármol Macael y negro Maquina.
El proyecto preveía la iluminación cenital de las salas de la planta superior mediante claraboyas de “vidrio ondulado y armado en los faldones” y “velarizo difusor con paneles Termoflax”. Este diseño -arriesgado para las capacidades técnicas del momento- no acabó de funcionar satisfactoriamente y fue condenado años después. Los problemas en la cubierta colearon durante dos décadas. El arquitecto provincial que, por las peculiaridades de la iniciativa, no había participado en el proyecto ni en la obra, se resistió, no sin razón, a implicarse en su solución.
En 2017-2018 se ha remozado el edificio internamente con el propósito, entre otros objetivos, de adaptarlo a las exigencias vigentes sobre accesibilidad, lo cual ha supuesto la alteración de elementos significativos como la escalera principal.

Podcast

Hoy por hoy León (15.02.2018)