EDIFICIO 18 DE JULIO

Promotor/es: 
Hermógenes Fernández
Aparejador/es: 
Avelino García Láiz
Fecha del proyecto: 
1947
C/ Ramón y Cajal nº 17
C/ Lope de Vega
EDIFICIO 18 DE JULIO
Fachada al chaflán
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Introducción

La documentación obrante en el expediente municipal de licencia de obras ofrece numerosos indicios de que la génesis de este edificio fue procelosa. Aunque la solicitud se presenta en 1947, el proyecto está fechado dos años antes. Se concibió para uso de oficinas y acabó siendo una clínica privada. Con el trámite en curso, el promotor solicitó una modificación de la traza de la intersección de las dos líneas de fachada, para pasar de un chaflán recto a otro curvo, arguyendo un exceso de distancia a la línea del bordillo además de razones estéticas pues en el lado opuesto también era redondeado. Aunque poco hay menos convincente que un promotor acogiéndose a esta clase de justificaciones, con el apoyo de un informe del arquitecto municipal, el Ayuntamiento autorizó esa rectificación que otorgaba a la parcela una propina de 11,85 m2 compensada con el  pago de 14.812,50 ptas.
Por último, el cuerpo cilíndrico en voladizo que protagoniza la estampa del edificio aparece en los planos dibujado a mano, como una rectificación improvisada a raíz del cambio de chaflán. Casi cabría decir que cualquier parecido entre el proyecto y lo finalmente construido es pura casualidad. 
 

Descripción y análisis

La concepción de este edificio está condicionada por dos factores determinantes: la pequeñez de la parcela (263 m2) y el destino funcional, inicialmente de oficinas, que aconseja interiores versátiles,  capaces de admitir diferentes posibilidades de compartimentación. Por ese motivo se recurre a una estructura de pilares de hormigón armado para obtener plantas “totalmente diáfanas para poder ser distribuidas en su día con divisiones de madera y vidrio”.
Con estas premisas de partida que, en principio, apuntarían hacia una solución moderna, los proyectistas ni pudieron, ni quisieron. Primero, por las limitaciones materiales y técnicas de la España de posguerra y, segundo, porque el marco ideológico no propiciaba precisamente un planteamiento enfocado hacia el futuro.
A una composición general de corte clasicista, con la típica división tripartita de los alzados, dando al zócalo y la planta superior un tratamiento diferenciado, se injerta en el chaflán un mirador redondeado en voladizo, más bien afín a estilos entonces denostados, si bien esta licencia se enmienda parcialmente coronándola con un torreón que intenta devolver el conjunto a su razón de ser primigenia. No lo consigue del todo y precisamente sobre ese carácter mestizo, junto con la reconocida destreza de los Cárdenas, descansa el interés de la fachada.
El papel de contrapunto que desempeñaba el torreón se ha visto anulado por el recrecido de una planta y media, parcialmente oculto por la cornisa de casetones  -que se ha conservado- y compuesto con un lenguaje que reincide en el historicismo aunque sin demasiado ánimo de asimilación con lo que tiene debajo.

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Hoy por hoy León (04.04.2019)