Aunque nacido en Ribadavia, Gustavo Fernández Balbuena pertenece por parte materna a un linaje leonés de rancia prosapia, originario del pueblecito paramés de Ardoncino, con notable presencia desde la segunda mitad del siglo XIX en la vida social y el mundo de la política. Esta faceta se reforzó aún más con su matrimonio con una prima carnal de esa rama, lo cual propició muy probablemente el apego que profesó a Ardoncino durante toda su vida, estableciendo allí su residencia de descanso.
Tras un frustrado intento de cursar la carrera de Ingeniero de Minas, vista su ejecutoria posterior -asombrosamente suspendió el examen de dibujo-, en 1906 comenzó los estudios de Arquitectura en la Escuela de Madrid, graduándose el primero de su promoción siete años más tarde, escoltado por su hermano Roberto como número dos. Comenzó el ejercicio profesional con breves destinos en Ribadavia, Lérida o Zamora hasta que obtiene una plaza en el Ayuntamiento de Madrid donde se asienta definitivamente (1919). En 1930 alcanzó el puesto de Jefe de la Sección de Urbanización, nombramiento que vino a reconocer indirectamente su papel como promotor del conocimiento y la práctica en España de la entonces incipiente ciencia urbanística.
Desarrolló una intensa actividad corporativa a través de la Sociedad Central de Arquitectos -precedente de los Colegios de Arquitectos-, de la que fue Secretario y primer director de la revista “Arquitectura”, donde dejó constancia de una muy estimable capacidad literaria como queda patente en el primoroso artículo titulado “Ardoncino. La arquitectura humilde de un pueblo del páramo leonés” (1922).
Contextualmente, Fernández Balbuena se inscribe en el grupo de arquitectos que a partir de 1915 protagonizó una ruptura conceptual con los principios disciplinares heredados del siglo XIX, y que tuvo a Leopoldo Torres Balbás como figura más destacada, en contraposición con la generación posterior que enfocó su crítica por veredas más bien estilísticas.
La fotografía le retrata como un ser enjuto, consumido, de mirada penetrante, expresión fidedigna de su espíritu atormentado, proclive a frecuentes y profundos ciclos depresivos que le condujeron finalmente a una muerte prematura y trágica.
CASINO RECREATIVO DE LEÓN (Sucursal del BBVA)
En menos de cinco años, un plazo brevísimo hablando de procesos urbanísticos, la plaza de Santo Domingo se convirtió en el centro moderno de la ciudad, delimitado de este a oeste por la casa Roldán, el Casino, almacenes Pallarés y la casa Goyo, cuatro edificios levantados de modo casi simultáneo y que un sig
EDIFICIO C/ GIL Y CARRASCO nº 5
Es de suponer promotor y arquitecto son la misma persona, no sólo por la coincidencia onomástica sino también por el hecho de que en la lista de propietarios colindantes, citados en el expediente municipal, figura también su tío Isaac Balbuena.